NOTICIAS SOBRE DINOSAURIOS
PATAGOTITAN MAYORUM, EL NUEVO SUCESOR DEL ARGENTINOSAURUS
Una vez más, la Patagonia nos proporciona un nuevo fósil gigante de dinosaurio. Pero esta vez es grande de verdad.
Sus restos se descubrieron en 2014, pero no ha sido hasta agosto de 2017 cuando lo describieron un grupo de investigadores, y que gracias a ellos a recibido nombre este maravilloso dinosaurio: Patagotitan mayorum.
Su nombre significa "titán de la Patagonia de la familia Mayo", y no es de extrañar, pues gracias a los restos encontrados se sabe que llegó a medir unos increíbles ¡37,2 metros y pesar hasta 78 toneladas! Entre estos restos podemos destacar dos fémures, uno de 2,3 metros y otro de 2,4 metros. Y no sólo eso, sino que junto al inmenso ejemplar se encontraron la huella petrificada de otros 6 especímenes (¡también adultos!), troncos e improntas de las plantas que convivieron con ellos, y hasta 57 dientes de Tyrannotitan chubutensis.

Con este increíble hallazgo, y añadiendo el estudio histológico de los huesos, los científicos han podido reconstruir el ecosistema de Patagotitan mayorum, incluyendo la depredación de Tyrannotitan. Consistía en frondosos bosques con árboles de hasta 15 metros de altura, que coexistieron con estos gigantes hace 101 millones de años.

HALLAN UNA COLA EMPLUMADA DE DINOSAURIO EN ÁMBAR
Se ha descubierto una cola de dinosaurio, incluyendo sus plumas, atrapada en un trozo de ámbar. El nuevo material conserva una cola de ocho vértebras de una cría; estas están rodeadas por plumas que están conservadas en 3D y con un nivel de detalle microscópico.
El equipo de Ryan McKellar, del Museo Real de Saskatchewan en Canadá, no tiene ninguna duda acerca de su origen porque las vértebras no están fusionadas en forma de barra o pigóstilo, como en las aves modernas y sus parientes más próximos. Al contrario, la cola es larga y flexible, con quillas de plumas descendiendo por cada lado. En otras palabras, las plumas corresponden definitivamente a un dinosaurio y no a un pájaro prehistórico.
Los investigadores han determinado que los restos atrapados en el ámbar representan la cola emplumada de un terópodo no aviario conservado en ámbar de mediados del Cretáceo, hace unos 99 millones de años.

UNA NUEVA ESPECIE DE PLANTA FÓSIL "ACERCA" A NORTEAMÉRICA Y TERUEL DURANTE EL CRETÁCICO INFERIOR
Las últimas investigaciones en paleobotónica lideradas por paleontólogos aragoneses, han llevado al descubrimiento de una nueva especie de planta del Cretácico Inferior, con una antigüedad de entre unos 113 y 100 millones de años, la cual ha sido bautizada con el nombre de Sapindopsis turolensis, ya que sus fósiles se encontraron en yacimientos situados en varias localidades de la provincia de Teruel. Este hallazgo se enmarca en el estudio de los fósiles de dos especies de plantas angiospermas primitivas (plantas que ya desarrollaban flores), una nueva y otra ya conocida previamente en los Estados Unidos, y acaba de ser publicado en el último número de la revista de investigación Review of Palaeobotany and Palynology.
El estudio publicado indica que la dispersión de estas plantas se habría producido a través de conexiones continentales entre lo que hoy en día es América del Norte y las islas que conformaban la actual Península Ibérica, pasando a través de Groenlandia, ya que durante el Cretácico inferior estas masas de tierra estaban separadas por solo unos pocos cientos de kilómetros. Además, también cabe destacar que los fósiles encontrados representan la primera cita de este género de plantas cretácicas en Eurasia occidental.
Las plantas fósiles estudiadas consisten en hojas de tamaño medio (de hasta 12 cm de longitud) que presentan una morfología lobulada, con largos lóbulos laterales y un lóbulo simple o triple en su parte superior, dependiendo de la especie. Los caracteres de estas hojas indican que serían representantes primitivos de la familia de las Platanáceas, que son plantas muy comunes en la actualidad (como el llamado Plátano de sombra) que presentan hojas muy amplias, dentadas, con tres a cinco nervios principales y que pueden encontrase en parques y jardines, como árboles ornamentales, e incluso flanqueando las aceras de las calles de la mayoría de las ciudades españolas.
Los ejemplares se encuentran depositados en el Museo Aragonés de Paleontología, situado en las dependencias de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel - Dinópolis de la capital turolense, y está previsto que sean mostrados al píblico junto con otros ejemplares espectaculares de plantas fósiles que se desarrollaron en la provincia durante el Cretácico Inferior. (Fuente: Fundación Dinópolis).

DESCUBIERTO NUEVO CERATÓPSIDO DEL CRETÁCICO.
Un descubrimiento de un fósil que se hizo por casualidad en Montana (EE.UU.) hace una década ha llevado a la identificación de una nueva especie de dinosaurio con cuernos.
La nueva especie se suma así a la serie creciente de ceratópsidos descubiertos en años recientes. Los ceratópsidos eran dinosaurios de cuatro patas caracterizados en general por una cabeza provista de cuernos así como de una estructura ósea peculiar, con cierto parecido a una cofia.
La nueva especie ha recibido el nombre de Spiclypeus shipporum. El espécimen cuyos restos fósiles se han estudiado vivió hace unos 76 millones de años.

De este dinosaurio, se han conservado la mitad aproximada del cráneo, así como partes de las patas, las caderas y la columna vertebral.
Lo que hace llamativo al Spiclypeus shipporum respecto de otros dinosaurios cornudos, tales como los muy conocidos Triceratops, es la orientación de los cuernos sobre los ojos, que sobresalen desde los lados del cráneo.
También poseen una disposición única las "púas" óseas que surgen de los márgenes de la estructura ósea parecida a una cofia.
Aparte de los análisis de los cuernos y la "cofia" que ayudaron a definir al animal como una nueva especie, un examen minucioso de algunos de sus otros huesos ha revelado detalles de enfermedades óseas que padeció en vida el individuo. El húmero muestra señales claras de artrosis (osteoartritis), así como de infección ósea (osteomielitis).

